Una hilera de mil antorchas avanzaba por las colinas de Fandora Jondalrun marchaba a la cabeza de su ejército. También él estaba cansado y hambriento pero, entre todos los hombres, él era quien menos podía protestar. Su hijo asintió en silencio, temeroso de la travesía que les aguardaba. El ejército empezó a llegar hacia el mediodía y pronto se hizo patente que las embarcaciones no podían trasladar a todos los soldados. Los víveres eran muy escasos y, con ello, el entusiasmo de su ejército ante la inmediata invasión también era mínimo. Los cuatro Ancianos se habían reunido contempló al Anciano de Tamberly, que conferenciaba con jenniel sobre cuestiones de suministros Tamark enarcó las cejas como si se dispusiera a anunciar un mensaje de la máxima importancia. Cuando un hombre está en el mar y nota que el viento arrecia y las olas se alzan como la cabeza de un Dragón, sabe que es absurdo resistirse. Lo mejor que puede hacer es cubrirse, proteger su barca y rezar.Lagow frunció el entrecejo. Sin embargo, yo aún daría marcha atrás mañana, si pudiera.
El pueblo de Fandora está asustado, Tamark. No saben qué significo En su pequeña celda subterránea, Amsel meditaba sobre su situación, a la guerra. Amsel recordó que el barón se había referido a un hombre llamado Viento de Halcón Debía hacer lo posible por localizar a aquel Viento de Halcón. Amsel contemplo la celda, extendió los brazos por encima de la cabeza y vio que apenas lanzaba las rices. Recogió varis tiras de la corteza de la raíz mas gruesa, y empezó a pelarla y llenar la bolsa que llevaba en el cinto.
De modo de que la princesa ataca de nuevo. La muchacha estaba sentada alado de viento de halcón. La pareja estaba sentada en un gran diván gris tachonado de perlas la visita a las minas le había sido de gran utilidad. Las noticias de los Bosques del Norte no eran inquiétales, había decidido afrontar las cosas con tranquilidad. Ceria asintió. Le gustaba ver a Viento de Halcón relajado. Rara vez tenían ocasión de estar juntos a solas y le encantaba poder compartir unos momentos de amor. Jugueteó con la diadema y la joya que descansaban descuidadamente en el brazo del diván. El comentario pilló a Ceria por sorpresa la entrevista de Evirae con el hombre del Norte fue una traición. ¡Caridad! Entre risas, Ceria arrojó la joya con la diadema sobre el lecho de Viento de Halcón, al otro extremo de la estancia Ambos se echaron a reír a la vez y Ceria se acurrucó apasionadamente Contra él. El asesinato de la niña no se ha olvidado y la Nave del Viento que desapareció semanas atrás es un motivo de preocupación para muchos Sabes que es así; siempre lo has sabido. ¡Por favor, no me vuelvas la espalda ahora! Está sucediendo algo que tú ni yo entendemos... La mujer se incorporó y dio unos pasos hacia el lecho con dosel del otro extremo de la habitación. En torno al inmenso árbol del palacio, fuera de este círculo terminaban los territorios reales, pero las casas que se alzaban detrás de aquellos árboles enormes se contaban entre las más espectaculares de toda Simbala! Entre esas calles y las bulliciosas plazas de Simbala, el río Kamene vertía sus aguas en un imponente lago de aguas azules. Evirae acarició un pequeño oso arborícola marrón que llevaba dócilmente sentado en su hombro La princesa mentía y Mesar lo sabía. El mar estaba cubierto por una capa de niebla que impedía el vuelo incluso al Jinete el Viento más experimentado El consejero alzó la vista, sobresaltado. El osezno había saltado del hombro de Evirae y, tras cruzar el camino, se dirigía hacia el lago. Mesar le devolvió la sonrisa y sabía que, por el momento, no podía disuadir a la princesa de abandonar el rumbo que había emprendido Si Evírae llegaba a alcanzar el trono, él se beneficiaría más que la mayoría. Empezó a retroceder hacia el carruaje pero cuando extendió el brazo para invitar a Evirae a entrar en la calesa, la princesa sacudió la cabeza.
Viento de Halcón por la mañana dijo, mientras subía a la calesa. Evirae escuchó cómo el sonido de las herraduras se alejaba. Unió dos de sus largas uñas y contempló su figura reflejada en las aguas, ahora plácidas. Su mente evocó un viejo aforismo. Con una sonrisa, musitó: La belleza de una mujer es el mejor refugio para la verdad. Amsel hizo una breve pausa al salir al pasadizo, considerando la ruta que debía seguir. Recordó que Evirae y los otros habían ido hacia la izquierda al abandonar la celda, de modo que se encaminó hacia Ir derecha Durante los últimos días había pasado muy malos tragos; de hecho, le asombraba haberlos soportado tan bien.
Amsel trató de correr más deprisa pero el cansancio se lo impedía. Las raíces le abofeteaban el rostro, desorientándole Amsel descubrió un pequeño hueco en la pared, justo frente a él; si lograba llegar allí, estaría a salvo; el centinela no podría introducir su gran mole por la abertura La raíz cedió ante el peso del corpulento centinela y un extraño ruido como un trueno llenó el túnel El mundo se volvió del color del barro y la oscuridad lo envolvió por completo. Una inesperada ráfaga de viento golpeo un de las barcas que estaban haciendo áridas por los acantilados de cado Gage. Tres cuerdas la sujetaban sobre el agua, a media altura del escarpado, el viento la empujaba ahora peligrosamente sobre las rocas.
Durante toda la noche, todas las embarcaciones fueron bajadas unas tras o tras el agua desde los acantilados. Los hombres trabajaron sin comer ni dormir y, cuando los primeros los rayos del amanecer surgieron entre la bruma sobre el horizonte de simbala, la flota largo velas para unirse a las naves principales, querré habían sido votadas en las playas.
Los voladores respetaban a los dragones pues estos los habían protegido en una era remota, la era de los dragones habían terminado definitiva mente y los voladores del frío estaban solo. Los dragones los recatarían del frío, mas intenso.
Dos horas antes de la llegada del monarca y la princesa, la zona empezó a llenarse de gente venida de todo el bosque superior; viento de halcón llego resaltando por sus criados; las acusaciones del hombre de los bosques del norte ya había producido bastante daño, viento de halcón lo podía utilizar esta reunión como una oportunitas, lámenos, tranquilizar a los ciudadanos de simbala; sobre el asunto el acecino de la niña no será el ultimo amenos que se adopte, la multitud se abatía de varias dudas. El monarca estudio de nuevo la multitud y vio aparecer un destello de esperanzas en su semblante preocupados; con un grácil de su capa, el monarca se marcho para reunirse con los ancianos, mientras ordenaba los caballos.
La cuestión de la paz seria decidida por el pueblo, así debería de ser; cuando en un túnel que tenia una longitud de determinada, amsel le parecía que ya llevaba días caminando, amsel savia muy bien el efecto de la muerte de Johan y lo que provoco en fandora, cuando lo venían siguiendo. Aquel día no era unos de los mejores ni de los peores, de modo que la flota tenia alguna posibilidad de alcanzar la horilla opuesta.
La configuración del estrecho era notable. El control de las dos penínsulas parecía de las dos medias lunas enfrentadas, las embarcaciones dotadas de velas la plegaron y el viento las impuso hacia delante, como si tu vera prisa, cada hombre había tomado la libertad de acudirá la misión de los mas altos intereses de fandora; en las guaridas de los voladores del frío resonaban los buidos de aquellas creaturas de un lugar a otro llenas de miedo y de confusión. El tenebroso había conducido a sus compañeros hasta los farallones, el tenebroso supo que al fin podría empujarlos a desafiar el adicto a los dragones. Se encogió en la sima de una roca y se puso a meditar sobre su siguiente decisión; la raza de los dragones no había desaparecido de todo; quiso deciles que el secreto seguía viviendo dentro de el.
Esa noche en simbala, las gentes de los bosques del norte informadas por las naves que el viento de la sesión del senado, afectaron los preparativos para que los jefes de las familias emprendieran viaje hacia el sur. A doscientos cincuenta metros de altura sobre la costa occidental de simbala, una nave del viento patrullaba en el viento matutino, el hombre de más edad volvió los ojos hacia el blanco disco solar, que parecía y se ocultaba entre las nubes; siglos atrás el techo de un gran túnel del bosque superior se había hundido, desviando un río, por un cause. Desde un estrado de piedra frente ala escalera, viento de halcón contemplo el silencio a los representantes de pueblo intento adivinar lo que contestaban pero las emociones que pudo leer en sus rostros era tan diversas que decidió no hacer mas especulaciones sobre cual iba hacer el sentido del voto de cada uno.
La primera fila de representantes se acerco a la cascada, cada uno echaría al poso una de las dos gemas, la oscura o la trasparente, y el agua revelaría la solución. Ambas se parecían a las piedras de sindril pero, al lugar de encender
A entrar al contacto con el agua, su posición orgánica un cambio de coloración en el líquido oculto. La información dice que unas doscientas, la noticia cayo sobre una losa, observo a viento de halcón consultando con el general Vora los jefes de las Familias salaron atropelladamente detrás de ellos entre lamentos y exclamaciones. Bajo la ordenes de jundarlun, los hombre se agruparon en filas desordenadamente, quienes conservaban, sus armas las llevaron consigo; los demás improvisaron, sus defensas con garrotes o bolsas de piedras, poco a poco, entre gruñido de hambre y preocupación, se dirigieron hacia las colinas. El encuentro con los mountros marinos pero intentaron convencer que su entusiasmo por la invasión no se había apagado, los fandoranos están poco preparados para el ataque; son campesinos, para sospechar que fuera pudrir una invasión, seria sus emociones. Una vez más, la familia la había utilizado en sus disputas. Una leyenda había cobrado vida, a los miembros de la familia real, paralizados de asombro a la entrada del salón, les pareció que la creatura, se movía con gran lentitud, el dragón lomito y se retiro, pareció sonreír, la creatura lanzo un chillido de triunfo a los pequeños seres que habitaban en el árbol grande.
Amsel se perdió en el laberinto, a cada paso por los túneles a obturas, estaba a punto de caer de fatiga pero no podía, detenerse cada ves que lo hacia podía escuchar rápidas pinzas.
El ejercito fandorano se hallaba reunido en la llanuras de simbala, una gran extensión de pastizales, la noche iba hacer fría, y los hombres empezarían a querer marcharte, entonces podrían regresar a sus casas, los fandoranos no se a asustaron ante las naves del viento ya llegaron de macizado lejos, para que unas cubatas velas los retrocedan, la estancia estaba en silencio, y solo se oíale ruido de los pasos de viento de halcón.
Tenebroso continuo en la sima casi poderlo entender, escogió con satisfacción el frío que sentía, y el dolor que le producía, le parecía lomas adecuado para el, que no era dragón y volador, aunque llevara sangre de ambos. Si los dragones o los voladores hubieran conocido, sin duda lo vieran matado o desterrado, la falta de reacción, del monarca en cualquier caso, no constituye una prueba de tracción.
Jodurun contemplo con nerviosismo las naves cuyas velas de colores sobresalían. Los simbaleses avanzaron rápidamente. Ahora, la niebla era intensa en algunos' lugares y su blanco manto lo invadía todo. La Nave del Viento en llamas era un mortecino resplandor rojizo bajo la bruma, y, de pronto, estalló entre las nubes bajas. Viento de Halcón, en vanguardia de sus tropas, vio que Thalen había arrojado el ancla por la borda. Los garfios se arrastraron por el suelo, arrancando hierbas y pequeñas rocas, hasta engancharse en unos arbustos. Las otras Naves retrocedían ya hacia la posición de Thalen, pero su marcha era lenta pues tenían que luchar contra el viento que soplaba con fuerza a la altitud en que se encontraban. Kiorte, en cambio, avanzaba a favor del viento y pilotaba una Nave más ligera. Aunque estaba a mayor distancia, consiguió llegar a la altura de Thalen antes que ningún simbalés. Colocó una flecha en su ballesta y observó a los fandoranos que corrían bajo la Nave. A través de los remolinos de niebla, vio a Thalen bajando por la cuerda del ancla mientras la Nave en llamas se consumía. Ahora era una bola ardiente, una pira roja y amarilla. La cuerda también se quemaba, pero Thalen ya había alcanzado el suelo, sano y salvo.
Todo el pueblo estaba tan angustiado, cuando de pronto iniciaron hablar de unas estatuas de dragones (eran los que habían estado en ese lugar) y de las siete pellas que los comandan, ellos tenían que encontrar una de un dragón que le hacia falta; la tenían que buscar para encontrar una “paz”.
Crítica u opinión:
En estos capítulos, note que las guerras, la esperanza suele ser frustrada por la difícil realidad; la violencia genera violencia. Todos lo único que querían eran, que todo se acabara a rededor de los problemas se encontraban las dudas, desconfianza, y los miedos; todo esto no fue lo único por que también se enteraron que los dragones existen o todas las legendarias piedras, y tenían la esperanza de la perla del dragón que les Daria respuesta. Toda la lucha que se extendió por el bosque y las burlas entre ellos por las armas; parecería que no lo toman enserio, y luchando a pesar de todo lo que sucedía en su alrededor. Y no razonan correctamente…….